Naima es una de mis asesoradas en el tema de imagen personal y a sus 49 años está pasando depresión por su reciente divorcio, ansiedad porque no sabe cómo comenzará esa vida de adulta soltera, es mamá de 2 hijos universitarios y representa una empresa de productos de belleza. Llega a mi oficina, apagada, cansada, ansiosa y con un aspecto que no apetece acercarse.
¿Por qué la asesoría de imagen? Pregunto, a lo que me responde: ¡no sé qué hacer para proyectarme mejor! Estoy en un momento de quiebre en mi vida y me impactó lo que me dijo el director de la empresa (cito textualmente las palabras): “usted es como una galleta, con tanto conocimiento y con un corazón tan noble como el suyo vale la pena… pero al ver el empaque que está descuidado y a veces arrugado y algo sucio, sí que no apetece” … Por favor ¡ayúdeme!
Alguien dijo: HAY QUE SER Y PARECER. La biblia es clara en citar las palabras de Dios cuando estaban eligiendo rey para Israel… “El hombre ve la apariencia y yo veo el corazón” en otras palabras solo Dios, nuestro Padre no juzga nuestra apariencia, aunque sabiendo como él es, no aprueba los descuidos ni el desorden en nosotros… Para Dios debemos producirnos con tanto cuidado que mi imagen no de mensajes equivocados ni tenga que pelear para ser creíble porque debo trasmitir mi esencia.
Con tu imagen podemos hacer mucho… pero realmente no podemos trabajar el exterior si el interior aún necesita sanar.
- ¿Cómo te ves?
- ¿Cómo te ve tu familia, colegas, hermanos, amigos, desconocidos
- ¿Cómo deseas que te vean?
¿Eres como esa galleta apetecible por dentro como por fuera o tenemos que trabajar adentro y afuera?
Recuerda que, aunque podemos apoyarte con tu imagen personal, TU IDENTIDAD no depende de tu imagen… sino de Jesús.
Soy Carmen Portillo,
tu Asesor de Imagen