Estamos terminando el mes en donde seguramente hemos tenido muchos mensajes por el Día de La Mujer, aunque realmente es una conmemoración de mujeres que fueron víctimas, valientes o que con esfuerzo lograron conquistar un espacio y un lugar al cual tú y yo ahora tenemos acceso.
No quiero dejar pasar la oportunidad de valorar el esfuerzo de esa lucha, que ha beneficiado a millones de mujeres, y aún muchas siguen en esa tarea en algunos países y culturas. Claro, como país no somos la excepción.
He tenido oportunidad por la gracia de Dios, de trabajar con mujeres desde hace más de veinte años, desde grupos de estudios bíblicos, universitarios, de trabajo, familiares, organizacionales, etc. Y uno de los retos más grandes que tenemos es aceptarnos con nuestras diferencias.
He notado que en la lucha de sobresalir las unas de las otras, perdemos la esencia y nuestra riqueza diferenciadora y única. A la vez veo que tampoco estamos preparadas para aceptarnos tal y como somos, desechando así la riqueza de ser mujeres creadoras de posibilidades, mediante la esencia de cada una. Y qué decir también de la necesidad de aceptación y validación que nos obliga a imitar a alguien más.
La riqueza de la mujer no está en convertirse en madre, esposa, profesional, sierva o llegar a puestos de influencia o poder. Nuestra riqueza realmente está en la unidad, y la aceptación unas con otras, esa es una buena lucha, sin salir a las calles, ya que es una cuestión de cambio interno.
Sabes una de las situaciones que más me ha retado en la vida, ha sido precisamente eso; trabajar en unidad y armonía con más mujeres. Siempre me había creído lo suficientemente inteligente, y autosuficiente para lograr grandes cosas, pero – ¿adivina qué? – lo primero que sale es el ego, los prejuicios y las creencias. Y después nos quejamos de la sociedad, siendo tú y yo parte de todo esto.
Simplemente no estamos preparadas para aceptar a una mujer tal como es, con sus diferencias -sociales, culturales, religiosas – que al final son la riqueza de poder lograr grandes cosas. No estamos preparadas para ayudar a aquella mujer que le hace falta crecer como persona, madre, profesional o como sierva, y no nos damos cuenta de que al rechazarlas estamos perdiendo la oportunidad de crecer y de enriquecernos como personas, mediante la experiencia de conocerlas.
Hoy quiero decirte amada mujer, que somos creadoras de posibilidades. Cuando tú aceptas ser parte del crecimiento de otra mujer, creas posibilidades para ellas y para ti también. Cada mujer tiene sueños, metas, objetivos; pero sabes en ocasiones se sienten inseguras, solas, sin recursos, sin conocimiento, sin capacidad, sin acompañamiento. He allí la oportunidad de impactar en la sociedad; dándonos las unas a las otras con la riqueza que Dios confío a cada mujer.
Lo que abunda en ti, seguramente le falta a alguien. Lo que te falta a ti, seguramente abunda en otra persona, de cualquier forma, hay riqueza en ambas.
Quieres realmente crecer internamente; deja las diferencias, deja de escuchar a tu ego y se intencional en la vida de otras mujeres. Se una mujer creadora de posibilidades, al ayudar a otra mujer a conseguir sus sueños, a lograr cambios; se que no es responsabilidad tuya, pero sin temor a equivocarme; alguna mujer ha creído e invertido en tu vida para que hoy estés en donde estés y tengas lo que tienes.
Hoy agradezco por la vida de aquellas mujeres que se invirtieron en mí; mediante su tiempo, oración, conocimiento y sabiduría. Así mismo estoy comprometida a hacer lo mismo por otras. ¿Y tú, quieres unirte a este compromiso? Deja tus comentarios.
Con todo cariño y afecto,
Marta Idania Corado
Life & Team Coach
martacorado@unicasgt.org
Me parece muy cierto todo esto, lamentablemente a lo q estamos acostumbrados es a criticarmos entre las mismas mujeres que porque ha estudiado más que porque no estudio que xq muchos hijos que porque trabaja mucho en fin, el aprender a ayudar sin juzgar creo q es lo más valioso que podemos hacer y se siente super bien!!!! Me encanto esto
Gracias por comentar!!! Coincido en que en lugar de ayudarnos, nos criticamos. Podemos mejorar esa condición.👏👏
Buena tarde pastora Martita, muy muy cierto su mensaje, todo influye para que no seamos nosotras mismas y es que el egoismo prolifera en todo nuestro entorno, no podemos oír o ver que la otra tiene otro tipo de vida porqué igual se quiere; y podría seguir haciendo mención de muchas cosas, pero usted tiene razón si somos capaces y tenemos tiempo de vivir la vida ajena; seamos capaces de ser emprendedoras para nosostras mismas, que el tiempo ya no sea perdido gocemoslo nosotras en nuestro bienestar. Saludos pastora Martita
Elsa: gracias por comentar. y Ciertamente somos capaces de emprender para nosotras mismas. Un abrazo.
Muy cierto todo lo que dices Martita! Excelente reflexión, gracias por compartirla.