Ayer viendo una fotografía tomada al amanecer en un crucero rumbo a Grecia, me maravillé con la perfección de Dios y pensé en como mientras para quien me la compartió, el día empezaba, para mí estaba por terminar. Yo estaba concluyendo el milagro concedido de la vida este día y ella disfrutaba del inicio de su milagro. Y es que la misericordia de Dios es nueva cada día y es nueva a diario para todas, no solamente para algunas.

Sin embargo las circunstancias a veces nos hace pensar que somos más o menos afortunadas que otras según sea la situación. Siempre he dicho que la vida está hecha de decisiones y ellas nos llevan a vivir en realidades distintas y en esa realidad se encuentra el hecho de que mientras para algunas de nosotras el sol se oculta y percibimos la oscuridad que produce la angustia o la preocupación, para otras mujeres el sol sale y las sorprende con la claridad de la esperanza y las oportunidades.

Algunos días estaremos del otro lado del mundo en donde el sol se oculta y pareciera que no llegará la luz. Nos encontraremos en medio de problemas, enfermedad o dolor y podríamos incluso pensar que Dios se ha olvidado de nosotras.

Otras veces viviremos en el lado del mundo en dónde el amanecer nos sorprende con el resplandor de los Nuevos Comienzos, ese lugar en donde todo es posible y podemos sentir la misericordia de Dios.

Los momentos son distintos, pero nosotras seguimos siendo las mismas, esa mujer llena de sueños, virtudes, aciertos, desaciertos, únicas y amadas, diseñadas con propósito, lejanas de ser perfectas, pero con la posibilidad de acercarnos a la perfección tan solo con abrir nuestros labios y decir “te necesito”.

El mismo sol que unos días se oculta y nos invita a recomenzar, a desaprender y a reaprender, es el mismo sol que otras veces iluminará tanto el camino que no podremos más que transitar colmadas con dicha disfrutando agradecidas el paisaje.

Esperanza y fe son los componentes que le darán agudeza a tu vista, para que ya sea al ocultarse el sol o al salir resplandeciente, puedas ver con claridad y enfocarte en tu propósito. La oscuridad se presenta como un reto y a veces requiere que hagamos una pausa para analizar el territorio, hazlo segura que Dios hizo un solo sol, ese que por su voluntad se oculta para algunos y sale para otros, sin embargo, ¡para todos, nueva es su misericordia cada día!

Con amor

Claudia Regina