Hoy es 17 de junio, cuando en la ciudad de Guatemala, se celebra el día del padre.

Me gusta siempre iniciar mis artículos con significados, porque otorgan certeza al tema que se trate y, de esa cuenta, de la palabra “padre” encontré que tiene varias concepciones dependiendo el punto de vista desde el que se analice. Así, desde el punto de vista biológico, un padre al igual que una madre siempre es solo uno en la vida de un hijo(a). Desde el punto de vista psicológico, es aquel que le imprime a su hijo o hija afirmación, seguridad y estabilidad emocional, ya que en el plano ideal o natural, esto es lo que se espera del rol de un padre.

Por supuesto, nunca menos importante, está la figura del padre desde el punto de vista bíblico. Por excelencia, todo cristiano sabe que el padre mejor representado es nuestro Padre Celestial, del cual se exhorta a tomar el modelo, así como también a lo largo de la Biblia, hay una buena cantidad de instrucciones para la vida que un padre debe tomar en cuenta con respecto de su propia existencia y la de los hijos que Dios le presta en esta tierra.

Desde la perspectiva que lo observes, la figura del padre suele tener un papel preponderante y con certeza no todas las personas suelen tener un buen padre, un buen modelo de padre, o una figura de padre, lo cual a nivel personal y conductual hay que trabajarlo para superar aquellas limitaciones que se generan al no experimentar dicha figura de manera afirmativa, ya que es necesario ser resiliente a los retos de la vida.

Sin embargo, hoy este espacio puedo usarlo para honrar al padre terrenal que Dios ha regalado en mi vida. Mi “chatito”, como cariñosamente le he dicho desde que pude hablar, ha sido para mí, un ejemplo de perseverancia, lucha, valentía, amor, solidaridad, perdón, servicio, sacrificio, y muchas otras cualidades de las cuales haría una larga lista, que lo caracterizan en cada una de las situaciones que se le presenten.

A sus casi 70 años, ha sabido reflejar y sustentar el rol de un padre protector, incansable en la búsqueda de sus metas, incansable físicamente, porque cuando uno le pide que descanse, su respuesta es: “para descansar está la tumba”.

Hoy con mucho orgullo y amor, estoy convencida de que su esfuerzo en ser como es, ha representado un ejemplo de vida para nosotros sus 3 hijos, su yerno, sus nueras, sus nietos y nietas, a pesar de haber atravesado en su caminar muchos sinsabores de la vida, así como luchar por ser un mejor ser humano cada día, con un carácter bastante fuerte y chapado a la antigua. Soy fiel testigo de su intencionalidad en reflejar amor, ser nutritivo en sus relaciones, pero ante todo creerle a Dios, acogiéndose a sus propósitos divinos, y aunque no nació en un hogar cristiano, se volcó a creer fuerte e incesantemente en Dios cuando lo conoció en Espíritu y en Verdad, haciendo real en su vida su verso favorito de la Biblia que está en Santiago 1:17-18 que dice “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación. Él, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad, para que seamos primicias de sus criaturas.”

Así que, como su hija mayor, le pido a Dios de sus bendiciones infinitas para la vida de mi padre y que el resto de sus días hasta que disfrute en terrenos celestiales, le permita que podamos siempre brindarle amor y reflejar hacia los demás un poco de todo lo que siempre nos ha dado “mi chatito” con su existir.

KARLA DE GAMARRO