El padre terrenal juega un papel muy importante en la vida de la hija, él es la figura de la paternidad de Dios en nuestras vidas y en esto radica la relación que puedas establecer con Dios.

Tu padre es el encargado de proveerte cuidado, amor, protección, las primeras palabras lindas que recibe una mujer deberían venir del padre, pero en la sociedad en que vivimos no todas las niñas tienen el privilegio de tener un padre que sea su sacerdote y maestro, y al saber que Dios nos ha dado la potestad de ser llamadas sus hijas se encuentran con dificultad para establecer una correcta relación con Dios.

Lo que necesitamos saber y recordar es que Dios no es hombre y Él no nos falla como quizá nuestro padre terrenal lo hizo. Yo tengo el privilegio de tener al mejor papá terrenal del mundo, mi papá es un sabelotodo, que me ha contado desde maravillas de la ciencia hasta cosas simples y de sentido común, a pesar de no tener un título universitario este hombre me ha enseñado a amar, a servir, a corregir, cada vez que mi carro tiene un desperfecto es el primero a quien acudo, pues sé que entre sus brazos encontraré la ayuda y el soporte que necesite. Sin embargo don Johnny como le dice la mayoría de gente me ha mostrado también la vulnerabilidad del ser humano, me ha enseñado que no se nace sabiendo cómo ser padre y que cuando hay errores hay que saber aceptarlos y corregirlos.

Como te decía al inicio, sé que no todas tendrán este privilegio, pero debemos aprender a sanar nuestra relación terrenal para poder tener una relación sana con el Padre Celestial. Dios no falla, cada día de nuestras vidas nos muestra su infinito amor, también desea ser el primero a quien llames cuando tengas un problema, que acudas a Él cuando te gane la alegría. Cada vez que te sumerjas en su regazo promete mostrarte su amor, mostrarte cosas que para los demás son ocultas, darte palabras de aliento.

Una de las primera bendiciones que recibimos al conocer a Dios es sabernos adoptadas por Él, esto es para que podamos tener una relación cercana a Él y no alejada. Al aceptarlo como tu padre recibirás identidad, tendrás sentido de pertenencia a una familia en el cielo y en la tierra. Su amor nos da seguridad y confianza en nosotras mismas y en nuestras circunstancias. Sabemos también que Él provee para nuestras necesidades, nos trae con ello herencia y también un poco de disciplina, una jaladita de orejas nunca cae mal. En fin al aceptar la paternidad de Dios nos volvemos mujeres bendecidas y lo mejor es que aunque tengamos muchos hermanos, siempre hay lugar para nuevos y queremos que todos a nuestro alrededor puedan experimentar el amor más puro. 

Julieta de Escobar

Cirujana dentista
3 comentarios en «LA PATERNIDAD DE DIOS»
  1. Muy lindo artículo, aveces nos sentimos solas, pero cuando nos hacercamos a nuestro padre q esta en el cielo, el nos lleña de su amor, y nunca más nos sentimos solas somos sus princesas..

  2. Si admito que no tengo una buena relación con mi padre terrenal,pero se que si es muy importante buscar siempre de nuestro padre Celestial

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