Este es un tema del que muy pocas veces podemos conversar y del que tristemente llevamos por mucho tiempo de nuestras vidas en silencio, ya sea por vergüenza o porque creemos que el ser adultos es significado de ser totalmente inconscientes de los recuerdos que aún duelen.

Es realmente interesante vernos ya siendo personas “maduras” y sintiendo el dolor que causaron tanto las palabras que marcaron nuestra infancia, como los golpes y las correcciones tan poco empáticas a las que nos tuvimos que someter de niños.

Hoy en día, nos preguntamos el porqué de ese vacío que siento dentro, el porqué de mis malas relaciones sociales o los conflictos que continuamente tengo con mis hijos o mi familia. Y buscamos constantemente la respuesta de quién tiene la culpa o del que me robó la felicidad, por ahí cerca tuyo y mío se puede observar la amargura de algunos adultos que están fracturados, que están dolidos por aquel insulto de un padre, una madre, los hermanos o los compañeritos de grado; que aún  continúan trascendiendo en la mente y el corazón; justificándonos que por esa precisa herida de hace muchos años es que somos lo que somos, pero jamás nos hacemos responsables y auténticos de cambiar ese ciclo, de romper esa cadena y de reescribir nuestra historia. Esas justificaciones son las que nos vuelven fracturados, rotos y nos deterioran el alma, esas heridas son las que siguen calando nuestra confianza y nos evitan poder avanzar en el camino destinado de nuestras historias escritas por el Creador. Es aquí donde te pregunto: Cuanto duelen aún tus heridas de la infancia? Solamente tú tienes la respuesta y solamente tú puedes realmente asincerarte contigo misma y transformarte.

Habemos muchos profesionales, psicólogos, consejeros y couches en este camino de transformación y de avance emocional, espiritual y personal, pero solo tú puedes tomar la decisión y la actitud para transformar una herida en una oportunidad. Somos ahora los dueños de un destino y de una carrera transformadora y motivadora que es capaz no solo de emprender nuevas oportunidades y retos para nosotros como auténticos valientes, sino de ser el faro, la luz de muchos más, de ser el que se atreve a ser diferente y afianzar el destino de nuevas generaciones, a través de la sanación. Este es el momento en el que te invito que te acerques más a ti y te veas tan diferente y tan capaz de alcanzar todo cuanto en tu camino está por venir y que te prepares para la aventura de soltar ese sentimiento que no te pertenece y que puedes abandonar, que seas valiente para enfrentar el dolor. Acaso no te has percatado que ahora siendo un adulto puedes sanar tu interior, puedes abandonar la tristeza, la ira, la rabia, la soledad, el sufrimiento del rechazo y hacer de ti misma una triunfadora y victoriosa en el perdón.

El perdón es la medicina de esa herida de tu niñez, es esa pequeña palabra la que cambiará tu destino y permitirá hacerte vivir plena y liviana en el camino que estás por emprender, te invito a que participes y te redescubras conociendo tus destrezas y habilidades que esa herida te trajo y que no solamente tiene recuerdos dolorosos, también tiene riqueza de aprendizaje y conocimiento del que necesitas seguir aprendiendo pero ya no visto desde el miedo, sino ahora desde el amor. Busca la ayuda necesaria, convérsalo; ya es hora de que avances y transformes tu interior, ya es hora de que busques la llave del perdón.

ALEJANDRA FLORES
5 comentarios en «¿Las heridas de la Infancia aún duelen?»
  1. En mi trabajo veo las secuelas de esas heridas, madres,padres e hijos que responden desde su dolor ante cualquier estímulo y vuelven a sufrir, muestras dañan a otros. Es indispensable perdonar e importantísimo sanar

  2. Excelente articulo es tan importante el perdonar pero antes el darnos cuenta que necesitamos sanra esas heridas de nuestra niñez

  3. Muy interesante el artículo. El perdón es necesario para sanar las heridas, crecer y avanzar.

  4. A veces las palabras ya no las tomamos con seriedad pues esas cavernas en nuestra alma, hacen que caigan a precipicios. El dolor puede ser temporal, momentáneo pero la herida profunda. Creo q mas que perdonar, es poder conocer qué debes o necesitas perdonar para ser completamente libre. Buen artículo. Gracias!!!

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