Has escuchado muchas veces la palabra priorizar. Estoy segura de que a ti te han encomendado a lo largo de tu vida, y desde que eras muy pequeña que priorices tareas urgentes, en los estudios, en el trabajo, en la propia vida, en la salud, entre muchas otras prioridades que existen en la vida, pero lo que definitivamente debemos entender, es que las prioridades siempre van a ser distintas entre una persona y otra, aún dentro de nuestra propia familia con la que vives o convives todos los días.
La escala de prioridades que se debe atender, varía conforme se desarrolla la vida propia. Tienen que ver también los valores, la capacidad financiera, el entorno en el que te desarrollas, la ciudad en donde vives o las personas con las cuales convives.
Dicho lo anterior, debes cuidar cada una de las partes que integran tu vida para que puedas llevarla a cabo de una manera plena y con paz, tomando en cuenta que la persona terrenal más importante y con la que vives a diario es contigo misma.
Sí, tú eres tu prioridad. Si te pones a pensar, de nada sirve que tú puedas atender cuánta situación se te presente en la vida de manera eficiente y eficaz, si al final del día tú yo interior está desgastado y cansado y no le dedicas un tiempo de calidad, como sucede con toda relación.
Como mujeres definitivamente somos dotadas con una capacidad de hacer frente a cualquier situación que se nos presente, la mayoría de veces de una manera resiliente, otras veces sentimos que “medio a la fuerza” tenemos que seguir afrontando lo que se nos presenta, pero si ves hacia atrás, estoy segura de que podrías contarme un sin fin de situaciones que has superado con el pasar del tiempo, no digamos de los años.
Es por ello, que priorizar nuestro ser en varios aspectos resulta ser relevante en este tiempo en que la prisa, los días cortos y los compromisos van dejando una huella en nuestra vida.
Así que hoy es necesario que pongas un punto y coma en el hilo de tu historia personal, dándote en primer lugar un espacio para reflexionar, ordenar tus ideas y decidir que con ayuda de Dios, dentro de tu ajetreada vida, vas a tener un espacio para ti y tus pensamientos.
Los espacios de cuidado interior en las mujeres, aunque suene contradictorio son escasos, es por ello que deben ser intencionales y orientados a lo que Dios nos exhorta a través de su palabra a manejar, tomando en cuenta que las decisiones que tomas hoy son el fruto que vas a cosechar mañana.
En la Biblia, hay varios pasajes que nos ayudan en este caminar, que aunque es parte del sueño de cualquiera de nosotras, a veces no se logra materializar en acciones concretas porque se trata de ser intencional y perseverante.
Romanos 12:2 justamente nos exhorta a no conformarnos con lo que este mundo nos presenta, sino a transformarnos día a día por medio de la renovación del entendimiento para comprobar cuál es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Debes tomar en cuenta que como dice Jeremías 29:11 los pensamientos de Dios para sus hijos son de bien, de paz y no de mal, para darte el fin que esperas, pero si tomas en cuenta estos dos versículos puedes darte cuenta de que son complementarios, tanto para esperar todo el bien de Dios, sea cual sea la situación como para que tú como persona renueves tu mente para dar paso a la voluntad de Dios.
El primer paso siempre es difícil, pero hoy te invito a que priorices tu ser interior, tanto en conocimiento de la palabra de Dios que estoy segura te resultará en un remanso de paz a tu corazón, como en edificación física, puedes ejercitar un momento al día, hacer una actividad que te guste y te saque de la rutina, ya sea tu misma o con alguien que te acompañe a disfrutar tus gustos. Ideas hay muchas, pero tú mejor que ninguna sabrás como consentir tu vida para edificarla y crecer, porque en la medida en que tú creces, todo a tu alrededor crece pues representas un impacto positivo en donde quiera que estés. Así que ÁNIMO sé tu prioridad, con la ayuda de Dios vas en buen camino.
KARLA DE GAMARRO