Cuando se habla de nutrición regularmente viene a nuestra mente comida, algo rico, que posea los nutrientes, vitaminas y elementos necesarios para tener una vida saludable y un crecimiento sano, pues todo lo bueno que contenga dicha comida es absorbido por nuestro cuerpo.


En psicología, cuando se habla de una persona nutritiva precisamente los atributos se pueden convertir desde punto de vista conductual, en alguien que nos alimenta a través de su empatía, tolerancia, paciencia, armonía y cariño. Son seres sinceros que construyen o nutren en donde se encuentren, es decir, que la característica principal de esta clase de persona es que otorga vida, y fortalece cuando está cerca de otros en relaciones o interacciones sociales, laborales o familiares. Hoy día, cuidarse entre familia o entre amigos es una necesidad más que nunca, ya que entre más crecen las sociedades, es más difícil encontrar entornos nutritivos que realmente aporten a nuestro ser interior.


Una persona nutritiva es aquella que ha procurado construirse desde adentro, teniendo un conocimiento profundo de sí misma y esto a su vez le permite reflejar hacia otros su seguridad, su felicidad y su madurez. Dentro de estas características muchas veces encontramos a la figura de las abuelas y los abuelos, y siendo que este mes se celebra en Guatemala el día de los abuelos, estimo necesario incluirlos como un ejemplo de personas nutritivas.


En esta sociedad convulsa y ajetreada, los abuelos juegan un papel importante, ya que muchas veces son estos los que ayudan en la familia a cuidar a los hijos de sus hijos, y muchas veces reemplazan la figura de padre y madre por ausencia de estos por muerte o trabajos lejanos. Son ellos, las personas en que nosotros como padres y madres decidimos acudir por apoyo y amor.


Ser abuelo o abuela aparte de representar un papel muy dulce y amoroso, realmente es una bendición de Dios, los nietos son contados como “Corona” según la Biblia en Proverbios 17:6. Así también, desde tiempos muy antiguos según Éxodo 10:2, los abuelos tienen la particularidad de transmitir a sus generaciones las bondades de Dios.


Es por ello que al hablar de personas nutritivas también pueden venir a nuestra mente los abuelos, a quienes el paso de los años les ha permitido que su carácter se forje con madurez, persistencia, amor, paciencia, comprensión, entre muchas otras virtudes que se pueden apreciar del adulto mayor.


Hoy, si estás leyendo este artículo y aún tienes a tus abuelos, te exhorto a que cultives el amor y servicio hacia ellos, y aprendas cada día más de lo que ellos pueden enseñarte, y si no los tienes, pero posees la bendición de contar con bellos recuerdos, hazlo con cariño, pues estoy convencida de que lo que atesoras es en tu corazón, son recuerdos que alimentan tu mente.


Si eres una abuela, aprovecha este tiempo para ser nutritiva hacia tu familia, pues Dios te ha prestado la vida y te ha dotado de la experiencia para este momento. Y a todo el resto que aún vamos creciendo en todo aspecto de la vida, conozcámonos, alimentemos nuestra alma, enseñemos, promovamos, alentemos, saquemos todas las virtudes que encontremos en nosotras y si aún nos falta energía para dar, porque sentimos que no estamos llenas, trabajemos en nosotras para obtener mayor conexión con nuestro interior y conciencia, aprendamos a gestionar y/o eliminar patrones de pensamiento tóxicos y que nos limitan, emociones y conductas que hemos observado que no nos llevan a ningún lado, y estoy segura que con la ayuda de Dios, tendremos éxito en nuestra meta.

KARLA DE GAMARRO