Quienes me leen constantemente o me conocen saben que uno de mis pasatiempos favoritos es la lectura. Para un lector tan recurrente como yo es muy difícil escoger un libro favorito, pero si clasificamos uno de mis libros cristianos favoritos es el de Pies de ciervas en los lugares altos de Hanna Hurnard, el libro trata sobre Miedosa, una mujer con problemas físicos, familiares, morales, etc. Que está siendo llevada por el Pastor hacia el reino del amor. Para llegar a su destino Miedosa debe enfrentarse a diferentes panoramas y pruebas. Uno de ellos es el desierto, cuando está atravesándolo el Pastor le dice una de las cosas más lindas del libro y es que Dios lleva a sus hijos al desierto para refinarlos, no solo para ponerlos a prueba, sino para que cuando salgan de él sean mejores que cuando entraron. Esta palabra viene constantemente a mí y me inquieta.
Hace algunos días mientras estaba en mi lectura Bíblica diaria, encontré el siguiente versículo: “Encontrarán bendiciones aún en las tierras áridas” (Jeremías 31:2 a). Y esa pequeña frase removió las fibras de mi corazón.
Somos hijos exigentes, siempre estamos preguntándonos ¿por qué yo? O aquella frase de “Todo yo, todo yo”. Y cuando vamos atravesando la vida nos damos cuenta de que los momentos de felicidad son efímeros, vivimos en un ir y venir donde los momentos buenos son contados, pasamos entre dos a cuatro horas en el tránsito, trabajando, quisiéramos dormir más, comer mejor, tener tiempo para nosotras, pasar tiempo de calidad con nuestra familia, anhelamos no preocuparnos por el dinero, por las enfermedades, por perder a un ser amado, pero si lo analizas la vida se compone más de lo contrario a las frases anteriores.
Y entonces viene Dios y nos recuerda lo que dice Jeremías 31:2 a, aun en las tierras áridas podemos encontrar bendiciones, si vas manejando en el tránsito, tienes un vehículo por el cual estar agradecido. Si vas en transporte público, Dios te ha proveído para poder pagarlo, y si vas caminando tienes dos piernas sanas que pueden llevarte a cualquier lugar, y así con cada tema que estes enfrentando en tu vida, sería mejor si te enfocas en buscar tus bendiciones en las tierras áridas que ver el panorama como tal.
Estoy segura de que Dios siempre nos bendice, es solo que como seres humanos nos cuesta ver y hablar el mismo idioma que Él. Pero mi invitación para hoy es que empecemos a ser más agradecidas, el agradecimiento te ayudará a ver esas bendiciones en medio de las tierras áridas, y esto te ayudará a sobrepasar esa tierra árida con más facilidad. Que cuando llegues a tu nueva tierra prometida te sientas más que bendecida de haber llegado, pero también super bendecida a través del proceso.
Hoy, no importa que situación estés atravesando, Dios está contigo, te ha dotado de dones y talentos y te ha permitido atravesar este desierto porque quiere refinarte y sacar lo mejor de ti, Él sabe de que estás hecha, y mientras atraviesas el desierto irá dejándote bendiciones, grandes y pequeñas que te recordarán su amor y misericordia.
Disfruta el proceso y agradece mientras estés en él.
Julieta González
Cirujana Dentista
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